No me ignores,
porque soy la primera y la última.
Yo soy la respetada y la desdeñada.
Soy la prostituta y la mujer sagrada.
Yo soy la esposa y la virgen.
Yo soy la madre y la hija.
Soy los miembros de mi madre.
Soy la estéril, pero muchos son mis hijos.
Yo soy la de la gran boda,
pero no he tomado marido.
Soy el silencio incomprensible
y la idea que se recuerda con frecuencia.
Soy la voz de múltiples heridas
y la palabra con mucha apariencias.
Soy el murmullo de mi nombre.
Yo soy vergüenza y osadía.
No tengo vergüenza y estoy avergonzada.
Soy fuerza y soy miedo.
Yo soy la guerra y la paz.
Préstame atención,
¡yo soy la afortunada y la mujer magna!
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