sábado, 11 de abril de 2015

Una habitación con vistas

El señor Eager no resistió la oportunidad de mostrar su erudición.

-Non fate guerra al maggio -murmuró-. "No guerreéis contra mayo" sería el sentido correcto.

-Lo que importa es que hemos guerreado con él. Miren. -Señaló al valle del Arno, que era visible muy por debajo de donde se hallaban, entre árboles que empezaban a florecer-. Ochenta kilómetros de primavera, y hemos subido para admirarlos. ¿Suponen ustedes que existe alguna diferencia entre primavera en la naturaleza y primavera en el ser humano? Pero ahí nos tienen, alabando una y condenando otra por impropia, avergonzados de que las mismas leyes funcionen eternamente en ambos casos.

Una habitación con vistas
E. M. Forster

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